Husky Siberiano, el enérgico perro de las nieves

Parece mentira que ese verano haya pasado tan rápido. Sin embargo, las bajas temperaturas ya están comenzando a aparecer. El invierno está cada vez más cerca y el frío y la nieve me han recordado a una de mis razas de perro favoritas: el Husky Siberiano. Un robusto animal que vivía originalmente entre nieves, a temperaturas bajo cero y con unas características físicas impresionantes. Los inicios de la raza lo clasifican como perro de trabajo, aunque hoy en día se ha posicionado como un fiel animal de compañía e incluso competidor deportivo.

Aspectualmente pueden ser rojizos, marrones, rubios, grises, blancos y negros. La forma más común es esta última y pueden variar su pelaje según el medio en el que desarrollen su vida. Al estar acostumbrados a vivir entre nieve y bajas temperaturas, suelen tener un gran pelaje que les proteja. Los Huskies que viven en la ciudad pierden esa gran mata de pelo en favor de un pelaje más corto, aunque ambos requieren de un constante trabajo de cepillado debido a su naturaleza más gruesa y densa.

Salud y cuidados del perro de las nieves

El Husky Siberiano está acostumbrado a vivir en manada. Al no tener una constantemente si hablamos de un animal de compañía, este perro desarrolla una relación especial con su dueño y familiares. Es un perro muy independiente pero atento a su amo al mismo tiempo, así como muy servicial y fiel en carácter. Al igual que otras razas, necesitan sentir mucho afecto por parte del dueño diariamente. Su independencia y físico de hierro le permiten recorrer bastantes kilómetros sin problema, por lo que no es aconsejable dejarlos solos ya que en caso de extravío, la tarea de búsqueda puede ser casi imposible.

Por otra parte, es un animal muy activo. Tranquilo, temperamental, no ladrador, pero físicamente activo. Necesita más de un paseo diario en caso de vivir en un piso y salir al campo asiduamente para dar rienda suelta a toda su energía. Respecto a comidas, requieren una dieta rica en proteínas y grasas, por su propia naturaleza. Que el Husky esté sometido a entrenamientos o actividad deportiva no implica que coma más. Es una raza que gestiona muy bien sus recursos naturales, aunque como en todos los perros, en períodos de poca actividad es muy conveniente controlar la dieta para evitar problemas de obesidad, más aún en estos perros que requieren de mayor grasa corporal.

Su esperanza de vida suele estar entre 10 y 12 años, y no requieren demasiados cuidados más allá de vigilar el pelaje y la dieta. En la vejez pueden aparecer problemas de vista, como las cataratas y glaucomas. Son problemas típicos de esta raza por genética, y también pueden aparecer problemas motores, como la displasia en la cadera, todos ellos fruto de años de esfuerzo físico y constitución natural. Es un perro que además guarda muchísima relación con el lobo gris. Una de sus estrategias de intimidación y protección es su mirada seria e imponente, en la que no se apoya ni en ladridos, ni gruñidos ni movimientos violentos, sino en un calmado temperamento.

El Husky como perro de trineos

El Husky Siberiano fue concebido como perro pastor, para mantener calientes a los niños y como perro de trineos. Su origen es naturalmente Siberia, la Rusia del este, en donde existen lugares extremadamente fríos y nevados en los que es fácil alcanzar temperaturas de hasta -50 ºC. Actualmente, los Huskies no se emplean siempre como perros para carreras de trineos. Quienes se dedican a ese deporte llamado Mushing, son los Huskies de Alaska, una variante de raza del Husky aún no reconocida como tal.

No obstante, los Huskies Siberianos si se utilizan para el Skijöring, un deporte de invierno en el que varios perros tiran de un esquiador. Los Huskies Siberianos fueron concebidos para transportar trineos más que para realizar competiciones de carreras. Compuestos de varios perros, los trineos transportaban a una o dos personas y otros mercancía. Incluso se han utilizado para escalar montañas.