Desde hace una temporada aquí, en Es cosa de Perros, os venimos hablando de lo que el verano supone a nuestros mejores amigos. Ahora que ya oficialmente ya hemos comenzado la época estival tenemos que estar preparados o sino tomar medidas tempranas.
Por ello vamos a hablar del tema de las pulgas, garrapatas y piojos y del sistema de prevención que, personalmente, más me gusta: las pipetas. Si bien ya os comenté que a mi los collares antipulgas me parecían ciertamente ineficaces para este problema, esta vez, ya os puedo adelantar que estoy encantada con los resultados de estos líquidos.
¿Qué son las pipetas?
Aquí vas a encontrar
Para empezar, decir que las pipetas las suelen recomendar los veterinarios y se se venden en las tiendas de animales o en las propias clínicas. Se trata de soluciones para el tratamiento y prevención de pulgas, garrapatas o piojos. Su finalidad es evitar que nuestro perro se vea atacado por eso, evitando además la proliferación de los huevos que cada pulga adulta pone y su distribución en el ambiente.
¿Cómo se aplican y funcionan las pipetas?
La aplicación de las pipetas es algo de lo más sencillo. Simplemente hay que poner las gotas del preparado (las indicadas según nuestro perro y siguiendo las indicaciones del fabricante siempre) entre las paletillas de las patas delanteras, en lo que sería la cruz que une éstas con el cuello. De esta forma funcionan por absorción de la piel a la que podemos ayudar con un leve masaje en la zona, siempre con guantes. Si se trata de perros más grandes puede requerir repartir el producto en diferentes puntos de la columna vertebral y la cola.
Es importante saber que no se debe bañar al perro ni dos días antes ni dos días después ya que sino perderían toda su eficacia y estarán desprotegidos frente a todos los bichos si se hace después, o si se hace antes la absorción podría ser mayor y perjudicial.
Se pueden aplicar una vez al mes o según lo que os haya dicho vuestro veterinario o las instrucciones del producto. Además, no tengáis problemas en aplicarlas incluso en las hembras gestantes y lactantes y en los cachorros será mejor que por lo menos tengan más de 2 meses de edad.
Resultado
Personalmente como os vengo comentando, para mí son el mejor sistema contra pulgas, garrapatas y demás. Mi experiencia en todos estos años con perros así me lo ha mostrado, sobre todo con aquellos canes que son muy propensos a llevarse consigo todos los bichos posibles. Desde que las uso tanto en mis perros de casa como en los de caza no han vuelto a infestarse y si he encontrado alguna garrapata, éstas nunca se les pegan a la piel. Pulgas ya os digo que no les he vuelto a encontrar, y para el que tengo en casa ha sido un gran respiro porque ya no sabíamos qué hacer con él.
Conclusión, que sin pensarlo dos veces os recomiendo este sistema de las pipetas para proteger a vuestros perros. Luego habrá muchos que lo combinéis con los collares antipulgas, pero a mí éstos me siguen sin gustar en absoluto y, por lo menos los míos, sólo con este mecanismo que os cuento han estado protegidos plenamente.
Me gustaría probar las pipetas ya que el otro día encontramos una garrapata pegada a la piel de mi perrita y ya le había hecho un poco de herida 🙁
Y eso que llevaba el collar, que aunque ya le toca cambiarlo… me da la impresión de que sólo le protege esa zona y no el resto del cuerpo…
Efectivamente, es que ese es uno de los grandes problemas de los collares, que tiene más restringida el área de acción. Desde luego las pipetas son buenísimas, como comento uno de mis perros garrapata (sobre todo) que hay, garrapata que se lleva y desde hace unos años usamos este sistema y ha sido mano de santo, una bendición.
Te las recomiendo cien por cien. Ya nos contarás si las usas los resultados 😉
este concejo esta genial para mi perro, ya habia notado que esos collares no le servian de mucho… tendre que buscar, me imagino que en la veterinaria habra… 😉
En las farmacias, en algunas también las hay. Yo compro la marca Frontline Combo y me ha ido genial aunque la próxima vez lo compro on line que me sale más barato. Pero durante los primeros días hay que buscar «los muertos» por el sofá y el suelo ya que se caen ¡por fin!