Hoy como cada domingo toca hacer un nuevo repaso a las historias más personales que nos llegan a Es Cosa de Perros, vuestras experiencias y fotos con vuestros perros que venimos recogiendo cada semana. Una vez más venimos a compartir esas historias que, hasta ahora, nos han emocionado, conmovido, nos han hecho reír, pero que, sobre todo, nos han demostrado la gran pasión que tenemos todos por el mundo de los perros. Así que si queréis compartir esos relatos y fotos, ya sabéis que podéis hacerlo enviándolas a fotos@escosadeperros.com y nosotros las compartiremos con todos los lectores.
Hoy os traemos nuevamente dos historias, la de Maya y la de Blas, dos perros que se han convertido en imprescindibles en sus familias. Dos historias que mostrarán el cariño de sus dueños por ellos y viceversa.
Blas, el auténtico rey de la casa
Para empezar el repaso de hoy comenzamos con Blas, este beagle que, sin duda se ha convertido en el rey de su casa, en el objeto de todos los mimos y atenciones. Desde el día que llegó a casa ha conseguido robar el corazón de propios y extraños, ya que de lo sociable que es tiene siempre que lograr cariño allá donde va, y es que esa cara de bueno y de no haber roto nunca un plato lo dice todo.
Cuando era un cachorrito le encantaba en jamón york, pero ahora ya como que no le gusta ni lo más mínimo, aunque da igual, se vuelve totalmente loco con la comida y me da que es un tanto “zampón”. Su mejor amigo se llama Nico, pero éste ya es muy mayor y ya no tiene la misma paciencia que cuando era más joven, no está para la energía de Blas, al cual le encanta salir al campo.
Vamos, que este pequeño se ha convertido en uno más de la familia y ya no se imaginan la vida sin él. Una vez más podemos ver el infinito cariño que se le coge a los perros y cómo desde el primer momento se tornan en parte imprescindible de nuestras vidas.
Maya, una Shih Tzu muy dócil de pelo muy rebelde
Aquí os presento a Maya, Mayita o “La pelos” como la llaman en casa debido a lo complicado que es peinar su pelo mayoritariamente negro con trazos blancos, lo que supone que su coletita la lleva siempre torcita, cosa que le da un aire de lo más gracioso.
Estamos ante una preciosa Shih Tzu que llegó a casa con sólo cinco meses. Llegó a casa tras una adopción ya que la perrita vivía en una casa con mucha gente, una familia con niños, otros perros y se veían sobrecargados de tanta responsabilidad. Sin embargo, la llegada a su nuevo hogar fue algo excepcional. Son ya dos años conviviendo con su nueva familia y, aunque es un poco “señorita” se ha adaptado perfectamente.
De hecho ahora que en la familia son uno más, con la llegada hace un año de un bebé, Maya se ha acostumbrado y conviven en plena armonía. De hecho ahora que el bebé es más grande ya juega con su perra al “pilla pilla” con todos los juguetes que tiene. Vamos un verdadero primor al que parece proteger en todo momento ya que de no ladrar nunca, ha pasado a hacerlo siempre que alguien llama a la puerta desde la llegada de la pequeña criatura.
A pesar de que Maya, como buen ejemplar de su raza es muy cabezona, ha sido muy dócil, fácil de manejar y de educar. De hecho ha demostrado estar en todo momento pendiente de la familia que ya no pueden vivir sin ella. Además se relaciona perfectamente con el resto de perros con los que juguetea siempre que sale de paseo, aunque su mejor amigo se llama Kiko, un Pastor Catalán con el que el que se pone loca cada vez que se ven.
Un ejemplo más de la felicidad gracias a la compañía de esta pequeña y pizpireta Shih tzu.
Y hasta aquí las historias de hoy. De nuevo recordaros que si queréis que vuestros relatos y vuestros perros sean publicados en Es cosa de Perros, sólo nos las tenéis que enviar a fotos@escosadeperros.com. El próximo domingo volveremos con más historias bonitas.
Hola soy Blas, Muchas gracias por dedicarme este espacio. ¡Ahora tendré que firmar autógrafos a mis amigos del parque!
Por supuesto, gracias a ti por compartirla 🙂
Que verguenza, mi niña sale en Internet. Muchas Gracias!
De vergüenzas nada, que es una preciosidad y eso hay que compartirlo 🙂
Muchas gracias a ti 😀
Rocio, que tal Blas y los olores. Tengo un vecino que tiene un beagel y el pobre ha optado por no soltar al perro, al vivir en una zona con muchos conejos y caza, el pobre se ha perdido muchas veces!!
Uyyyy! Soltarlo ni hablar…. madre mía, no se puede con él, como pille un rastro…. Adiós Blas! En invierno lo saca mi padre de caza para que se desfogue, porque es increíble. Si abres un tupper con comida a la otra punta de la casa lo huele y lo tienes en menos de 2 segundos encima.
Ay si por Dios! Porque a este ni silbato, ni premio, ni enfados ni nada!