Existe una especie de leyenda urbana acerca del ano de nuestros perros, y es que son muchas las desgracias que se cuentan a partir de esta parte y de su cuidado. Esto hace que muchos dueños tengan serias dudas de si su mascota está sana o no, y si tendrá una enfermedad en el ano, y por ello no dudan en preguntar a su veterinario sobre el tema. Por ello queremos en esta ocasión detenernos en las causantes de esta creencia, las glándulas anales de nuestro perro.
Mito o realidad
Aquí vas a encontrar
Se trata de dos glándulas que se localizan en la parte más externa del ano, y que en muchos casos tienden a acumular líquidos e inflamarse, causando malestar en nuestro perro. Esto es lo que ha dado tan mala fama a esta parte de su anatomía. Pero no todo es tan malo como se pinta, y por ello queremos saber qué son, la función que tienen y como debemos tratarlas para que nuestro perro no sufra por su inflamación.
Qué son las glándulas anales y cuál es su cometido en el perro
Las glándulas anales son dos pequeñas bolsas de aproximadamente un centímetro de diámetro que están situadas a ambos lados del ano, en su cara más externa. Muchas personas se preguntarán la función de estos departamentos, y es que se trata de dos conductos de drenaje del intestino del animal. Concretamente en estas bolsas se acumula un líquido generado por los tejidos del intestino, que se considera parte de los excrementos. Este líquido tiene un color marrón o amarillento y un olor fuerte y desagradable.
Precisamente la función de estas bolsas es la de mantener el intestino libre de toda sustancia de desecho, pues el líquido que sueltan y que va a parar a estas glándulas es parte de los excrementos, de ahí su mal olor y aspecto. Este líquido se comienza a acumular en las bolsas hasta que éstas adquieren un tamaño considerable, que en condiciones normales, y si se trata de un animal sano, las propias heces conseguirán reventar las bolsas y vaciar su contenido.
Pero no solamente las glándulas sirven a modo de drenaje, sino que además es un símbolo de distinción, pues su característico olor hace que el animal desprenda un aroma que lo diferencia del resto. Por esto en condiciones normales ellas serán las que se reventarán solas. Estas glándulas pueden llegar a dar muchos en los perros, ya que al inflamarse demasiado y no vaciarse causarán molestias y malestar, e incluso dolores en nuestro perro.
La inflación de las glándulas puede deberse a varios factores como la obstrucción de las mismas y la imposibilidad de vaciarse, el exceso de peso en el animal, que hace que se puedan inflamar en exceso. Una infección en la zona anal también puede afectar a las glándulas, al igual que cuadros de diarrea o estreñimiento que eviten un correcto funcionamiento del aparato excretor. Un síntoma claro es el escozor que sufre nuestro perro en la zona que lo demuestra arrastrando el ano por el suelo intentando frotarse.
Técnicas para aliviar y vaciar las glándulas anales en el perro
Cuando nuestro perro sufre de inflamación en estas glándulas es fácil que nos demos cuenta de ello, ya que en su ano se apreciarán dos bolsas claramente que aparecerán hinchadas. Son fáciles de tocar y palpar, y por ello una de las formas más habituales que existe para eliminar los líquidos retenidos en las glándulas y aliviar su malestar es mediante presión impartida por nuestras propias manos. Es cierto que el líquido resultante puede ser desagradable, pero para ello es necesario que previamente limpiemos bien la zona, utilicemos guantes, y una vez terminado de extraer el líquido limpiemos de nuevo la parte del ano.
Hay veces que con esta acción externa no es suficiente, ya que la inflamación de las glándulas es elevada y se extiende por las partes más internas del ano. En estos casos será necesario que introduzcamos el dedo al completo en el conducto anal para eliminar la acumulación de líquidos desde dentro. Es necesario que esta acción la realice un especialista, ya que no es bueno para la salud de nuestro perro que lo experimentemos en nuestra casa, ya que el daño puede ser mayor.
Muy interesante, no conocía nada de este tema…;)
Es muy importante que lo tengamos en cuenta, pues puede hacer más daño a nuestro perro de lo que pensamos. Las revisiones periódicas son fundamentales para controlar esto.
No sabía nada de esto hasta que se me presentó el caso. Es importante una revisión periódica para evitarles molestias.