Cómo evitar que nuestro perro ladre en exceso..


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perro ladrando

Los perros ladran. Está en su naturaleza y sus vocalizaciones tienen significados muy diferentes que, con el tiempo y a medida que crece nuestra relación con ellos, podemos llegar a identificar. Sin embargo, en muchos perros el ladrido puede ser excesivo y, en este caso, habrá que investigar la causa y poner freno a una conducta que puede llegar a ser muy molesta.

Razones del ladrido de un perro

A la mayoría de propietarios les interesa que sus perros ladren pues así se sienten protegidos. Por un lado, reciben una señal de alarma y, por otro, la presencia de un perro que se hace notar puede disuadir a posibles intrusos. Pero si el ladrido no es momentáneo ante una posible amenaza sino que es constante, se convierte en un comportamiento negativo.

La irritabilidad y el enfado que nos produce esta actitud, nos lleva a reaccionar de forma exagerada con gritos y castigos que, sin embargo, conseguirán el efecto contrario que buscamos. Lo que debemos hacer es intentar identificar la causa que origina los ladridos excesivos. El miedo, el aburrimiento, la soledad, la ansiedad o la protección del territorio pueden ser algunos de los motivos de este comportamiento.

¿Por qué no para de ladrar?

La causa más común suele ser la soledad. Los perros son animales sociales y cuando se les mantiene apartados de la familia se sienten aislados, lo que les origina ansiedad que expresan ladrando. La solución es sencilla: permitir que el perro pase más tiempo con sus amos. Por otro lado, los animales muy territoriales reaccionan al más mínimo estímulo exterior y ladran para proteger sus dominios o porque sienten miedo hacia cualquier cosa extraña que suceda en su entorno.

Cuando estemos presentes y comiencen los ladridos lo más efectivo es interponernos entre el… Haga clic para Tweet

Lo ideal para estos animales sería que no estuviesen demasiado expuestos a estos estímulos exteriores y que tratásemos de socializarlos lo más posible pues, los perros que han crecido sin contacto con personas, animales y que no han sido expuestos a las situaciones normales de la vida cotidiana, no tendrán un comportamiento equilibrado.

Otra de las causas que hacen que nuestro perro no pare de ladrar es la que se denomina facilitación social, que no es más que la imitación. Es habitual que cuando un perro comienza a ladrar sea, inmediatamente, seguido por el resto de sus vecinos.

Cómo corregir los ladridos excesivos

Cuando estemos presentes y comiencen los ladridos lo más efectivo es interponernos entre el perro y el motivo de su disgusto. Nos acercaremos con mucha tranquilidad para no perturbarle aún más y nos situaremos entre él y la causa de su alarma con las manos lejos del cuerpo y las palmas visibles. Con esto le estamos diciendo: “ahora me ocupo yo del problema”. Nos mantendremos quietos hasta que el perro pare de ladrar o se mueva para ir a otro lugar. Y lo hará porque le hemos transmitido un mensaje muy claro.

En el caso de que el ladrido excesivo se produzca cuando el perro se queda solo sin que haya un estímulo evidente, lo más probable es que se deba a que el animal se aburre o a que sufre lo que conocemos como ansiedad por separación. En este caso, debemos proporcionarle suficientes juguetes que le mantengan entretenido y demasiado ocupado como para preocuparse por ladrar. Lo ideal sería que, desde cachorro, le hubiésemos acostumbrado a quedarse solo de forma gradual. Un truco es dejar la radio o la tele encendida porque hará que se acostumbre a distintos sonidos y mitigará el ruido exterior.

En cuanto a los ruidos, es muy importante que nuestro perro no tenga miedo. Para ello, debemos acostumbrarle desde cachorro a distintos sonidos de forma gradual y variando la intensidad. También es posible conseguir que un perro adulto pierda el miedo a determinados sonidos que despiertan su alarma haciendo exactamente lo mismo: le expondremos de forma gradual al ruido y le premiaremos y felicitaremos cuando se comporte de manera relajada y no ladre.

Ante todo, debemos entender que el perro no ladra para molestarnos puesto que su máximo deseo es complacernos y somos nosotros quienes muchas veces motivamos sus conductas negativas.

Estos animales aprenden muy rápido y si saben que cuando ladran consiguen que salgamos corriendo para darles su paseo o que les ofrezcamos comida por debajo del mantel, repetirán una y otra vez este comportamiento. No hay que ceder a estas llamadas de atención y, cuando se produzcan, debemos ignorarles pues así les enseñaremos que estas acciones tienen el efecto contrario.

3 Comentarios

  1. ladydreams
    • paty
  2. reveil

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