La esperanza de vida de un perro es, por ley natural, mucho más corta que la de las personas. Sin embargo, la pérdida de una mascota es muy difícil de superar para unos dueños que consideran a su animal como un miembro más de la familia. Es importante ser consciente de que es inevitable que llegue el día en el que haya que decir adiós a un animal de compañía y aceptar este momento como algo natural, un ciclo más de la vida. Sin embargo, y a pesar de saber que esta situación se producirá tarde o temprano, para los humanos es muy difícil entender el hecho de la muerte.
Los psicólogos aseguran que el proceso tras el fallecimiento de una mascota sigue las mismas pautas que cuando se sufre la pérdida de una persona querida. Cada individuo vive este trance a su manera ya que no hay una forma correcta o incorrecta de expresar y sentir el dolor.
Asimismo, la reacción y los sentimientos dependerán de la relación que se mantenía con el animal y de la forma en que éste haya desaparecido. Si el fallecimiento se produce por un accidente o una enfermedad repentina la culpabilidad puede abrumar a los propietarios que sentirán que no han protegido debidamente a su mascota mientras que una muerte gradual, por ser más esperada, se afronta con otro talante.
Cuando el perro alcanza la vejez es posible que haya que plantearse la opción de la eutanasia. Esta decisión debe tomarse junto con el veterinario y evaluando honestamente la salud del animal; no es sencillo, pero puede ser considerado como el último acto de amor hacia él. Evitar el sufrimiento es, normalmente, una constante de los dueños durante la vida de las mascotas y, en el momento final, debe serlo más que nunca.
Para algunas personas es importante comprobar que su mascota se ha marchado de una manera tranquila y, al mismo tiempo, el tener la posibilidad de despedirse puede ser de gran ayuda para superar la pérdida. Sin embargo, para muchos esta podría ser una situación traumática difícil de manejar por lo que hay que pensar detenidamente si estar junto al animal en esta circunstancia será o no beneficioso para él.
Las fases del duelo
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Los primeros días muchos amos se sentirán desolados al pensar que no volverán a ver a su mascota pero el dolor es una respuesta lógica a la muerte y no hay que sentirse avergonzado por ello. Y, aunque cada persona lo viva a su manera, al afrontar la muerte es habitual que el primer sentimiento que aparezca sea el de negación. Es difícil aceptar la idea de que ya no volveremos a ver a nuestro animal y será peor ante una muerte repentina.
La ira es otra de las fases del duelo y se produce por la pérdida y contra todo lo que nos parezca que no ha ayudado a mantener al perro a nuestro lado. La culpabilidad es otro de los sentimientos inevitables al preguntarnos si hemos hecho todo lo posible para evitar su muerte. La depresión es la etapa en la que se es plenamente consciente de lo que ha sucedido por lo que el sentimiento de pérdida será todavía mayor.
Pero, poco a poco, se va asumiendo la situación lo que ocurre durante la fase de aceptación cuando ya hay una mayor tranquilidad y el dolor comienza a ser sustituido por los recuerdos agradables de nuestro fiel compañero. Si después de algunas semanas no se ha aceptado su pérdida o la tristeza parece aumentar, puede ser de gran ayuda acudir a consejeros especializados o grupos de apoyo con los que nos pueden poner en contacto nuestro veterinario o cualquier asociación de animales.
Expresa lo que sientes
Lo más importante en esos momentos es dejar que afloren los sentimientos pues ignorar la pena no hará que desaparezca. Si lo que necesitamos es llorar, debemos hacerlo porque intentar aparentar fortaleza es un error que puede llevarnos a la desesperanza, el enfado o la culpa. Es fundamental expresar el dolor, hablar con personas sensibles que comprendan por lo que estamos pasando, dejar que nos consuelen y nos aconsejen. Además, hay que permitir que todos los miembros de la familia expresen sus sentimientos, prestando especial atención a los niños y a los ancianos que son dos colectivos especialmente sensibles ante estas situaciones.
Para los niños esta puede suponer su primera experiencia con la muerte y necesitarán consuelo y afecto pero, a la vez, es preciso que se les hable abiertamente y con sinceridad de lo ocurrido. Las reacciones de los más pequeños dependerán de su edad. Entre los tres y los cinco años la muerte se ve como algo temporal y reversible. Desde los seis y hasta los ocho años se empieza a entender de una forma más realista pero no es hasta los nueve años cuando se comprende plenamente.
Los ancianos, por lo general, aceptan la muerte mejor que las personas de mediana edad pero el fallecimiento de un animal de compañía puede recordarles la pérdida de sus seres queridos o incluso hacerles tomar conciencia de su vulnerabilidad y su propia mortalidad. Por ello, es indispensable que se sientan apoyados por familiares y amigos que les escuchen y les permitan expresar su dolor.
Por su parte, el resto de las mascotas que tengamos en casa también notarán la ausencia de su compañero dado que los animales perciben cualquier cambio que se produzca en el hogar. Lo mejor es que se les preste mayor atención y amor durante los primeros días para ayudarles a superar la pérdida lo que también supondrá un alivio para las personas, pues centrarse en sus demás animales de compañía les servirá para sobrellevar la tristeza.
Una nueva mascota
El momento de llevar un nuevo perro a casa es muy personal. Hay quien no entiende la vida sin una mascota y buscará inmediatamente otro animal; esto es aceptable siempre y cuando no se intente sustituir al perro recién fallecido. Sin embargo, la mayoría de las personas, sobre todo durante los primeros días de luto, creen que nunca más podrán compartir su vida con un animal porque lo entienden como una traición a la memoria de su perro y porque no pueden imaginarse volver a pasar por el mismo sufrimiento. No hay que preocuparse pues estos sentimientos suelen desaparecer con el tiempo.
Es muy importante llegar a superar la pérdida del perro original ya que, de lo contrario, podrían surgir problemas a la hora de admitir al nuevo habitante de la casa. Hay que tener presente que éste será un individuo con su propio carácter y personalidad lo que significa que llevará algún tiempo establecer una nueva relación y puede que, al principio, las comparaciones sean inevitables.
En navidades hará un año que se fué mi perra Irish.Una setter irlandesa de 17 añazos y encantadora existencia. No es que se llore como a un familiar, es que se le llora porque «es» un familiar..de hecho creo que algunos hemos pasado más tiempo relacionandonos con nuestras mascotas que con algún familiar directo. En fin , a lo que iba es que yo la crié desde sus 15 dias de vida, así que el sentimiento casi era de hija (salvando distancias humanas). Y lo peor es que fuí yo la que tuve que tomar la decisión de ponerle la inyección. La sensación de culpa está ahí ,pero sé que lo hice porque no hubiera durado mucho ya que tenía una endiometrosis avanzada y a su edad pues mucho más no se podía haber hecho y lo que no quería era que estuviese con fiebres y mal sabiendo que el final iba a ser el mismo. Sueño muy amenudo con ella y al menos aunque solo es cosa de mi subconsciente me gusta y reconforta sobre todo cuando siento que la abrazo..cuando sueño eso me levanto de mejor humor . Cierto es que mi asma ha mejorado totalmente puesto que soy alergica al pelo de los perros (y eso que la mia iba como un pincel de limpica pero aún así..conjuntivitis y asma iban de la mano) ¿que si quiero otro? claro que sí, y sé que no será ella..¡¡ hasta ahí llego !!aunque el caracter de los setter por ejem. son un amor, pero de momento no. También una necesita vivir sin un animal por el que desvelarse, aunque ahora me sienta más sola cuando estoy en casa, pero puedo ir y venir sin tener que pensar en que estará sola o necesita salir.. Es algo confuso pero tb hay que darse un tiempo ya que cuando vino ella mi anterior perra una labrador había muerto hacía una semana así que no tuve tiempo de sentir un duelo fuerte pero ahora…..si, duro y largo es mi duelo. Ya veremos que hay en el futuro pero aún con mis limitaciones alergicas probablemente me espere otro setter irlandés en mi futuro..¡¡ójala ¡¡
Es muy duro pero ¡17 años! Eso significa, sin duda, que tuvo una vida feliz y saludable lo que ayuda a calmar un poquito el dolor. Por otro lado, me parece muy positivo que aún no hayas decidido tener otro perro porque te va a permitir recuperarte y decidir, en el momento adecuado y con responsabilidad, si quieres tener otro.
No quiero ni imaginar lo duro que ha sido para ti èsta perdida, me da miedo el dia en que fallezca mi gorda pues ya tiene 10 años, pero supongo que el saber que viviò tantos años a tu lado es satisfactorio y muestra de un inmenso amor que le tuviste en vida y que ahora serà un cariño eterno.
hace casi dos años mi perra Nala, tuvimos que llevarla al veterinario para que la sacrificase debido a una artrosis de espalda, que mal lo pasamos, yo fui el unico que se quedó hasta el final, porque no podia dejarla sola, se me quedó clavada la mirada que se le quedó, (estoy llorando como una magdalena) pero sabiamos que teniamos que hacerlo, estaba sufriendo, yo tardé un mes en superarlo, mi madre más tiempo, pero de momento no queremos más perros, porque vivimos en un piso, y siempre me ha dado la sensacion que no disfrutó tanto como deberia, era un cruce de pastor belga y huski siberiano, yo la llamaba la perra diesel, porque necesitaba un porrón de kilometros para correr y no se cansaba la tia, jajaja
Te comprendo totalmente, yo tengo su mirada clavada en mi retina, entre miedo y desconcierto , mirandome mientrás le hacía efecto la anestesia antes de la inyección final. A mi tb me persigue su mirada asustada, pero ella dejó de sufrir que era lo primordial,aunque yo me quedase hecha una m .. durante todo este tiempo. Yo llevo un año y aún no sé si lo he superado , a la mínima que veo un perro como ella se me humedecen los ojos. Pero es lo mejor que pudimos hacer.
Un saludo seollo.
Ahora me han prestado un golden muy bueno para el fin de semana y ya me entra la nostalgia, aunque este un poco jorobado con los paseos pero su compañia es inolvidable.
Pues disfrutalo Seollo, que a mi me dejaron un terrier 15 dias y aunque me faltaba perro por todos lados( ya que todo él era como la cabeza de mi perra ;o)) lo disfruté como una enana, porque tenerlo por casa, saber que llegabas y estaba él tan contentico porque habías llegado y simplemente que te vaya detrás y se duerma a tu lado viendo la tv,ya es muuuucha compañía . Un saludo.
no si disfrutarlo lo he disfrutao, solo que el mu hijodesumadre se ha meao en las colchas el tio cerdo, aunque ha estao mas tieso que una vela, pero en un piso ata que te cagas, ya ni me acordaba, me parece que me vi a pasar a los gatos aunque no sean lo mismo.
Yo creo que d los peores momentos que he tenido en mi vida fue cuando se murió mi perra, una teckel de 13 años. Desde luego fue muy difícil superarlo y todavía ahora, muchos años después se me hace un nudo en la garganta al pensar en ello.
Muchas gracias por los consejos, muy útiles.
Amo a mi chihuahua, es mi compañero, mi mejor amigo, cada dia salimos juntos, ahora tiene 9 años y no sabes el amor k me profesa. Pensar k un dia me faltara es duro, espero recordar este articulo… con el se ira un pedazito de mi corazon.
Me ha gustado mucho que hayais escrito algo sobre este tema. Ya os lo pedí en su día y os doy las gracias de corazón por haberlo tratado.
Escribo estas lineas en honor a mi mascota, una Labradora que falleció el Jueves 18 de noviembre a las 5 de la tarde. Fueron 8 años en la que estuvo con la familia desde que ella tenía 1 mes de nacida, practicamente dió vida a mi familia a mi hogar. Oh, Dios, cuanto la amaba y la amo. Mi familia no puede olvidarse de ella. Mi familia llora la perdida de nuestra dulce “hijita”. Antes del fatal desenlace, todo era alegría, felicidad; entre las curiosisdades que ella hacía es que nos abría la puerta, cuando llegabamos a casa, SI, aunque no lo crean, abria la puerta. Nuestra triste historia empieza cuando a partir del mes de Octubre 2010 se le evidencia un tumor al hueso en la pata izquierda, estuvo en tratamiento pero no cesaba el avance del tumor . La última semana de octubre y la primera semana de noviembre se fue deteriorando quedando paralítica de las dos patas traseras, sin control de su vegiga ni de su evacuacion, pero aun así queria seguir viviendo, porque nosotros la sosteníamos de la parte trasera y ella caminaba y corria por toda la casa como queriendo revisar cada rincón de nuestro hogar; le compramos un soporte rodante para que caminara y como se desesperaba por acompañarnos a pesar de su limitacion. El veterinario nos manifesto que era necesario amputarle la pierna. Teniamos nuestras dudas de operarla, ya que le dio anemía, se agitaba mucho, jadeaba y respiraba con dificultad. El domingo 14 de noviembre su puso muy mal y la llevamos al veterinario que logro estabilizarla, nos volvio a manifestar que era necesario amputar la pata; el martes 15 volvio a ponerse mal que tuvimos que volverla a llevar al veterinario para que la estabilicen y autorizamos la amputación de su patita, el 17 de noviembre la operan a las 5 de la tarde saliendo bien de la operación a las 7 de la noche; el veterinario nos indica que no es necesario que se quede en el hospital que nos la podiamos llevar. Llego a casa despierta con ganas de seguir viviendo. Al dia siguiente Jueves 18 amanece relativamente bien, jadeando, y a las 6 de la mañana de di un rehidrante prescrito por el veterinario y me despedi de ella para ir a trabajar quedando a cargo de ella mi familia. A las 5 de la tarde recibo la llamada telefonica que mi perrita habia fallecido. Dios, como nos dolio y nos sigue doliendo la perdida. Mi familia esta destrozada, llora cada vez que nos trae a la memoria su recuerdo, no se que hacer para aliviarles la pena y mi pena. Mi familia sigue llorando por la partida de nuestra “bebita”, sentimos que no estubimos a la altura que ella si estuvo con nosostros dandonos alegría y alivio en los momentos mas duros que nos toco vivir. Por favor, necesitamos su consejo. “Bebita” mia, donde quieras que estes PERDONANOS si en algo te hemos fallado. Te queremos mucho.
Querido Arenakike: no debéis culparos por la pérdida de vuestra perra. Hicisteis lo que estaba en vuestra mano; seguisteis el consejo de vuestro veterinario y luchasteis por vuestra perra. Debéis estar orgullosos de cómo os habéis portado. Sé que es muy duro y que los estáis pasando mal pero, te repito, no debéis culparos. Siempre la recordaréis, de eso estoy segura, pero pensad que ella ha vivido 8 magníficos años a vuestro lado.
Muchisimas gracias Patl por las palabras de consuelo, la verdad te lo agradezco. Mi «bebita» era más apegado a mi de toda mi familia. No debi autorizar la amputacion de su patita hasta que no este lo suficientemente fuerte para resistir una operacion, o en tal caso, que en el dia de su deceso, no debi ir a trabajar, debi quedarme con ella despues de su operacion, acompañarla hasta que se recupere, darle fuerzas, estar a su lado, que estar a su lado me importaba mucho, que la quiero. Pense que no era necesario quedarme, que se recuperaria, por eso me fui a laborar, pero pense mal. Lo siento amigos si le parece tonto lo que estoy escribiedo. Mil disculpas