La convivencia entre perros y gatos


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perro y gato

Perros y gatos no tienen por qué ser incompatibles. En muchos de nuestros hogares, canes y felinosconviven felizmente, pero… ¿cuál es la clave para lograr esa convivencia? Son especies distintas, cada animal con un carácter diferente y que pueden entrar en conflicto entre sí por no conocerse mutuamente. Sin embargo, existe una solución para que perros y gatos convivan sin problemas, no se peleen y entiendan que deben compartir el mismo techo de forma cívica. ¿La clave? Como siempre, en la educación.

De entrada, perros y gatos son un poco incompatibles por instinto. El peligro en ambos caracteres está en el instinto. Los perros tienen un instinto nativo para perseguir otras especies animales, una de las principales, los gatos. Y al contrario, los gatos quieren cazar ratones, pájaros, moscas… Una de las claves para lograr una correcta convivencia entre ambas especies es comprender sus diferencias naturales y trabajar en su propia educación. Todo requiere un tiempo y deberemos intentar acercamientos poco a poco si hablamos de animales adultos poco acostumbrados a convivir.

Cómo educar a nuestro perro para convivir con gatos

Desde el principio. Nos resultará mucho más fácil si hablamos de cachorros y los juntamos desde que son pequeños. Ambas especies se familiarizarán como normales con el paso del tiempo, porque convivirán desde siempre. En ciertos momentos demostrarán su instinto más animal y es donde deberemos estar más pendientes para evitar posibles conflictos. Hay que tener mucho cuidado con los gestos del gato, puesto que sus garras se lanzan directamente al rostro del “enemigo”. Eso puede producir heridas, desgarros y arañazos en nuestro perro, que por instinto siempre será más noble que el felino.

Respecto a la educación de los gatos para convivir con perros tendremos una pequeña ventaja. Resulta más fácil distraer su instinto cazador con juguetes, pelotas y objetos del estilo que directamente regañándolos. En los perros nos resultará un poco más complicado, ya que no todos están dispuestos a aceptar nuestro juego. En el caso de no poder unir al perro con el gato desde cachorros y tengamos que hacerlo cuando son adultos tendremos que recurrir al agotamiento físico en un caso de no responder a un buen comportamiento.

Si el perro no muestra una actitud favorable hacia el gato, podremos presentárselo después de haber realizado ejercicio, estar alimentado y tranquilo. Durante ese reposo de paz y sosiego podemos ir introduciendo a su nuevo compañero, y su instinto de caza y persecución quedará más reprimido. En perros muy ancianos nos costará siempre más, por estar acostumbrados a ser únicos dueños animales del espacio de casa y no tener que compartirlo con otros animales.

Recordemos siempre premiar a nuestro perro con una buena caricia las primeras veces que se porte bien con nuestro gato en los intentos de convivencia en los inicios, para que él entienda que esa es la actitud que buscamos y queremos en él porque es la buena.

5 Comentarios

  1. Jesus Leon
  2. Pati
  3. Delgado
  4. Eduardo
  5. Eusebio

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